martes, 3 de mayo de 2011

Puerto de Vegarada

Hola de nuevo a todos nuestros lectores y, antes de nada, pedir perdón por la tardanza en escribir en este blog tras la que fue nuestra tercera ruta por la montaña asturiana ya que ésta se realizó ya hace casi un mes.

Para esta expecición escogimos un destino de sobra conocido por nosotros y que fué donde se desarrolló nuestra afición por la montaña. Nuestra intención era ascender el puerto de Vegarada, situado en el concejo asturiano de Aller y, una vez allí, intentar coronar dos de los picos más altos de la zona y ya situados en la montaña leonesa: el Pico Huevo y el Faro; sin embargo las malas condiciones meteorológicas nos impidieron culminar este último objetivo.

Partimos de un pueblo llamado Río Aller, en el concejo del mismo nombre, a una cota de 860 metros y en un día frío y cubierto.

Ya desde el principio la ruta no da descanso: comenzamos con fuertes rampas aun sin haber salido del pueblo de partida para salir del mismo siguiendo una pista forestal que será la que nos lleve al puerto.


Por suerte la pendiente baja de porcentaje una vez que salimos del pueblo y sólamente en ciertas zonas se vuelve a empinar para volverse, cuanto menos, exigente. Por lo cual recorrimos los 6500 metros de distancia a un ritmo mas bien alto, atravesanando parajes realmente atractivos entre los que destacan agrupaciones de cabañas en El Carbayalin y la Majada de La Braniella, extensas praderías y con altos picos flanqueandonos a izquierda y derecha.



Segun íbamos ascenciendo hacia nuestro destino, el tiempo empeoraba de manera ostensible: comenzó a llover y a bajar una densa niebla que hacía peligrar el resto de la ruta. Sin embargo optamos por seguir hasta el puerto y tomar allí una decisión.

El mal tiempo nos privó de observar los praderíos de las inmediaciones del puerto de Vegarada, a una cota de 1560 metros, al que llegamos a mediodía. En ese momento la climatología era pésima y la niebla nos impedía ver los picos que queríamos coronar, por lo que decidimos bajar por la vertiente leonesa hasta el primer pueblo habitado, que no es otro que nuestro viejo conocido Redipuertas.


Allí paramos a descansar y a reponer energías en una pradera al lado de la iglesia del pueblo, en las inmediaciones de un río que ofrece un bonito paisaje al bajar a unirse a nuestro río Curueño.


Tras tomar algo caliente en el bar del pueblo tomamos el camino de vuelta, siempre por el mismo camino por el que habiamos llegado a Redipuertas. El tiempo mejoraba y pudimos hacer una parada y tomar algunas fotos en las Cascadas del Infierno del río Curueño; sin duda dignas de admiración.


Al pasar de nuevo por el puerto la niebla ya se había disipado y nuestra decisión de no ascender los picos de Faro quedó confirmada: aunque no hubiera habido niebla, la nieve que todavía hay en estas épocas del año a esa altitud nos hubiera impedido subir, ya que no teníamos el equipo necesario.

Una vez llegados al puerto el camino ya no entrañaba ninguna dificultad ya que siempre es hacia abajo siguiendo la pista hasta llegar a Río Aller. A pesar de ello se nos hizo largo ya que las horas de caminata pesaban en nuestras piernas y hasta que no se cumplieron las 6 horas de marcha y aproximadamente 25 km recorridos no llegamos al punto de partida y finalizamos nuestra expedición.

En conclusión, una ruta con unas vistas espectaculares y técnicamente fácil recomendable para todo el mundo. Una pena no haber podido subir a esos picos que sin duda hubieran dado un poco mas de chispa a una marcha que es puro senderismo y que no tiene mucha dificultad.