lunes, 17 de julio de 2017

El gran Bodón


Fin de semana caluroso en casi toda España pero en nuestras cabezas ya se había metido la idea de subir el Bodón el sábado día 15 de julio y no la íbamos a cambiar.

La primera propuesta era un poco alocada ya que pretendíamos hacer Las Tres Marías de viernes y al día siguiente afrontar el ascenso al Bodón, pero gracias a Dios y poniendo un poco de cordura, optamos unicamente por la subida al Bodón.

Salimos de Oviedo en dirección Lugueros sobre las 9 a.m., parada en el Ezequiel para comprar el pan y coger fuerzas con el mítico embutido que allí dan, rumbo al Campamento Pelayo donde dejaríamos el coche y tras preguntar al personal, Chema (padre de un Alpino) se ofrecía de taxista para acercarnos a la Collada de Valdeteja (1375 metros).

Desde la Collada Valdeteja.


Una vez allí y tras embadurnarnos de crema levantamos la mirada y vemos la dura pendiente que tenemos que subir, eran las 12 a.m. y ya tocaba caminar. Ascendemos y vamos cogiendo altura, en la subida nos encontramos a una señora entrañable que a sus 70 años taba dando un paseín, continuamos hasta ver la canal que nos llevaría a la cumbre para llegar al Cuetu Cabañes.

Nuestra amiga, con la que estuvimos charlando.

Aprovechando la altura decidimos hacer unas cuantas fotos de las que nos gustan, si... esas arriesgadas pero a la vez seguras.
 

El Alpino Samu en una bonita estampa.



Ya nos quedaban los últimos metros para alcanzar la primera cumbre pero antes pudimos contemplar unas vistas increíbles ya que cuando nos asomamos pudimos divisar unos cuantos pueblo (Redilluera, LLamazares, Tolibia de Abajo, Tolibia de Arriba, Lugueros y Villaverde de la Cuerna)
Igual necesitaba un poco de zoom...

Llegada al Cabañas a 1904 m.a. sobre las 13:30 así que de tiempo íbamos bastante bien pero no queríamos parar mucho ya que veíamos al fondo como nos llamaba el Bodón, unas fotos y a por él.

Horreo del cueto Cabañas colocado por nuestros amigos del Ibice.

Bodón, allá vamos.


Nuestro objetivo parecía más cerca de lo que estaba, seguimos cresteando, bajamos al collado de Valverde y siempre continuando por un camino bastante bien marcado e intuitivo.
Nos llevaría un tiempo llegar a la Cuevona, algo más de una hora. También se puede ir por encima de ella pero nosotros teníamos bastantes ganas de visitarla aunque a la vuelta comeríamos en ella.

Un pequeño destrepe con el que llegamos a la entrada de la cueva.

Y ahora la fuerte ascensión al Picu, muy pindia pero a la vez muy guapa. Ya teníamos el Bodón a unos pocos metros.
Las cabritines nos dan la bienvenida.

Yaaa están aquí, que ilusión, ya las ví, las cabras locaaas!!!!!!!!

Últimos metros y por fín hacemos cumbre en uno de los Picos más significativos para nosotros, una de las montañas más imponentes de la zona y una zona que nos trae unos muy buenos recuerdos,  donde empezó nuestro gusto y disfrute por hacer rutas y subir picos.
En la cima estuvimos el tiempo que los mosquitos nos permitieron, pero tiempo suficiente para sacar unas fotos espectaculares, las primeras en 360º, esto de las nuevas tecnologías es la ostia.

Panorámica desde Pico Bodón 1957 metros.





Pasaban las 3 de la tarde y al igual que el sol, el hambre también apretaba, así que descenso rápido a la Cuevona y a zampar.




Nos esperaba un duro descenso, así que sin entretenernos más tocaba zigzaguear e iniciar la vuelta. El camino estaba bastante bien marcado y el camino a Lugueros parecía sencillo. Siempre extremando las precauciones para no repetir errores del pasado, donde alguno temió por su vida cuando una piedra casi se lo lleva por delante...





Bajamos por la VAGUADA (término muy utilizado por Samu durante la ruta) poco a poco vamos aumentando nuestro vocabulario Alpino y añadiendo al diccionario.

Seguimos los jitos marcados hasta la entrada en el bosque, también llevábamos el móvil de apoyo con la ruta bien marcada pero las nuevas tecnologías también tienen sus cosas malas... y mi móvil empezaba a quedar sin batería.

El ganao pastando con el Bodón al fondo.

Quedamos sin las indicaciones del GPS y aunque el camino estaba jitado, era muy dificil seguirlo puesto que las marcas estaban ya cubiertas por hierba y muchas no se veían, tocaba inventar y ensayo-error...
Momento preocupante y de indecisión, eran las 17:30 aproximadamente y no veíamos camino alguno. Dos opciones, dar la vuelta y coger pista que nos lleve a Llamazares o seguir para adelante abriendo camino y llegar a la carretera. 

Un alpino nunca se rinde así que optamos por la segunda y pa'lante, abrimos camino y por fin la carretera. Salimos a un km del pueblo de Lugueros, ya estaba hecho.

Celebramos la llegada y fin de la ruta.

Las seis pasadas de la tarde y entrábamos en Lugueros, satisfechos por la ruta completada, una ruta ansiada y que tuvo todos los componentes indispensables de una Ruta Alpina, perderse, encontrarse, inventar, arriesgar...

Para la próxima subida al Bodón esperamos poder contar con más alpinos.



“No es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente.”

Maurice Herzog















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