jueves, 28 de abril de 2016

En busca del Lago Perdido

El día 1 de abril los alpinos íbamos a debutar con las raquetas de nieve, aprovechando el buen tiempo  y la gran cantidad de nieve que había caido durante esos días, decidimos realizar una ruta por San Isidro.



Tras buscar un poco elegimos realizar el Camino de Wamba para acceder de esta forma al Lago Ubales, en una ocasión ya intentamos llegar a este Lago por el desfiladero de los Arrudos, desde el pueblo de Caleao, pero no tuvimos fortuna ya que una gran tormenta nos hizo cesar en el empeño...

Cartel informativo de la Ruta






 Tras  coincidir con algún montañero más que se nos adelantaba en el camino nos sería fácil el recorrido ya que iríamos siguiendo las pisadas y nos serviría de gran ayuda, hay que recordar que era la primera Ruta que realizábamos con tanta nieve y hemos de reconocer que estábamos un poco espectantes...



Una vez iniciada la Ruta y dejar atrás las casas de Los Fornos empezaríamos a ascender con el inconveniente del sol, aunque no lo creyésemos, éste sería nuestro gran enemigo al finalizar la jornada.




Siguiendo al GPS y las huellas de los montañeros que nos íbamos encontrando, avanzaríamos hacia el Collau Acebal pero como lo de seguir la pista siempre nos pareció un poco aburrido, no pudimos resistirnos a la tentación de inventar un poco y coger una ruta alternativa, este tramo fue uno de los más difíciles puesto que la montaña que bordeábamos no nos permitía clavar bien las raquetas y corríamos el riesgo de precipitarnos al vacío.

No se aprecia mucho pero había una buena caída...



Quedaba poco para llegar a la frontera con nuestra Tierrina y el ritmo que llevábamos era bastante flojo, todavía no habáimos comido pero tampoco nos íbamos a apresurar, permitiéndonos el lujo de hacer figuras en la nieve y tropezar unas cuantas veces lo que daría lugar a caídas en cadena... pero a la nieve se viene a disfrutar.

Los cuatro intrépidos esquiadores    







Última subida para llegar al Collau Acebal donde coincidíamos con un esquiador que iba bastante más rápido que nosotros. Observamos el lugar y decidimos que ese sería el sitio ideal para comer, tras quitar raquetas, abrimos mochilas y empezó a salir comida como para una boda, el respeto a la nieve nos hizo ir muy preparados nutricionalmente hablando pero hay alpinos que comen mucho...






Una vez en el Collau veíamos que el Lago Ubales se nos volvía a escapar, todavía quedaba un buen cacho para llegar a él  y estábamos bastante fartos como para hacer tantos km con las raqetas en los pies,  por lo que decidimos dejarlo para otro día (a la tercera va a la vencida).



Subimos una peña para seguir la pista de los rebecos que abundan en esta zona pero por allí sólo quedaban sus huellas, eso sí, pudimos disfrutar de unas espectaculares vistas del Parque de Redes.



Ya tocaba pensar en la vuelta y buscar un buen lugar para tirarse con los plásticos y seguir disfrutando, el trayecto de vuelta sería algo diferente al de ida para hacer la Ruta más interesante, en el camino no parábamos de encontrar huellas de diferentes animales, desde zorros a rebecos, pero alfinal concluimos que sería de un perro que acompañaba a unos montañeros...

  





 Como todavía no habíamos perdido la visión por completo seguíamos haciendo fotos mirando al sol, no nos quedamos ciegos de milagro, pero la retina si quedó un poco afectada durante unos días, la cabeza también pero eso ya no se recupera ( daños irreversibles). Quemaduras importantes a pesar de echar una fantástica crema caducada que llevaba desde el verano en la mochila es otro dato que no podemos dejar pasar por alto. Pero de los errores siempre se aprende así que la próxima iremos equipados al completo.


En resumen un gran día y una nueva experiencia que siempre recordaremos, ahora a preparar la siguiente y próximo año repetiremos en nieve, aunque el día esté para hacer snow según los expertos...







Pedir disculpas por no poder nombrar todos los picos que ibámos viendo pero supongo que con la experiencia los iremos conociendo un poco mejor.



Hasta la próxima y buen camino.




"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza 
habla mientras el género humano no escucha." (Víctor Hugo)
 



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